Análisis: El mejor ciclista de 2019 – Ciclismo Internacional

Análisis: El mejor ciclista de 2019

Por @pmpalermo

Concluida la temporada 2019, comienza la época de balances. Tanto para los protagonistas, como para quienes los rodean. Y en ese segundo grupo se encuentra www.ciclismointernacional.com, cuya misión es analizar lo que dejó la campaña.

Uno de los puntos más atractivos a evaluar es el del mejor ciclista del año. Y en lo que a 2019 refiere, aún con varias luminarias a destacar, hubo tres hombres que descollaron por encima del resto: Julian Alaphilippe, Egan Bernal y Primoz Roglic.

Con permiso de Richard Carapaz, Mathieu Van der Poel, Caleb Ewan, Jakob Fuglsang o Remco Evenepoel, el trío antes citado maravilló a propios y extraños, no sólo por resultados, sino por prestaciones. Por esa razón, enfocaremos el artículo sobre ellos.

Ante todo, explicar que los parámetros elegidos son antecedentes, expectativas, consistencia, espectacularidad y entidad de los logros, priorizando a los valientes por sobre los especuladores, la categoría de las competencias ganadas y la cantidad de dianas.

Alaphilippe, cantidad y calidad

Julian Alaphilippe arrancó brillando temprano, en enero, cuando sumó dos parciales en San Juan para acabar subcampeón de Winner Anacona. Allí se quedó con un final idóneo para sus cualidades, pero además sorprendió en la crono individual. Era sólo un aviso.

Foto: Getty Sport

Su periplo continuó en Colombia donde, etapa mediante, concluyó 7°, afinándose para lo que realmente le importaba. Y la magnífica preparación rindió frutos, porque el francés conquistó la exigente y espectacular Strade Bianche por delante del intratable Fuglsang. Una cita tan dura que el propio Sagan la esquivó debido a la fatiga que le dejó el año previo.

Pero Alaphilippe tenía cuerda para rato y no pasó inadvertido en la cuarta cita del calendario, la Tirreno-Adriático. Al margen de la 6° plaza general, sumó dos fracciones más a su palmarés, una al sprint y frente a Viviani, Sagan o Van Avermaet. ¡Sin cadena!

A tal punto iba desatado el de Deceuninck que se hizo monumental en la Milano-San Remo, carrera compleja para los puncheurs puesto que los sprinters suelen estar en el cierre. Él hizo buena la tarea de sus compañeros, rompió y finiquitó el trabajo. Imperial, y aún no acababa.

Con las Ardenas en la cabeza, acudió a la hermosa y dura Itzulia, donde volvió a ganar en una tremenda fracción en la que era el favorito indiscutido. Sólo una caída pudo frenarlo, motivando su abandono para preparar los retos venideros.

Volvió a la carga una semana después en la Flecha Brabanzona, donde echó en falta un punto de ritmo y equivocó la táctica, aunque además, fue superado por un impresionante Van der Poel. Se gana y se pierde, pero las piernas estaban allí.

Y las confirmó en Amstel (4°), Flecha (1°) y Lieja (16°). Podrá sonar a poco, pero primó en el Muro de Huy, tomando el relevo como nuevo rey de las cotas en la subida por excelencia de las mismas. Fin al pico de forma y descanso obligado para la siguiente parada.

Tras un mes y medio recargando pilas, cogió ritmo competitivo en el Dauphiné y, cómo no, levantó los brazos. Y con la moral por las nubes llegó al Tour. La cita máxima del deporte pedal, y la que lleva en la sangre como francés.

Poco tardó en descollar, imponiéndose, espectacularmente, en la tercera jornada. Adicionalmente, se encontró con el amarillo de líder y, posiblemente sin quererlo, con su nuevo desafío para julio. Alaphilippe y sus compañeros leyeron de maravillas el recorrido y sacaron jugo a las piedras con una formación plagada de sprinters.

Para no aburrir con 21 días de actividad, decir que voló en la crono individual y la ganó, incrementó su cosecha personal en la Grande Boucle a cuatro parciales y encabezó la general durante 14 días, vendiendo cara su derrota. Recién en la altura extrema de los Alpes pudieron quebrarlo, pero su 5° lugar general fue casi más valioso que el de otros que apenas enseñaron el rostro.

El pupilo de Lefevere cerró el verano extenuado, habiendo ingresado en la zona roja durante el Tour, algo que afectó los meses siguientes. Ya no pudo hacer más nada y por más que intentó rendir en septiembre, se despidió de la temporada con un saldo genial: 66 días de competición, 28 en el Top 10, 12 victorias (9 en el World Tour) y el protagonismo absoluto en la cita top. Para completar el apartado estadístico: fue 2° en el UCI World Ranking y el Europa Tour, y 3° en el Ranking de carreras de un día.

Egan Bernal y una gesta histórica

Luego de una primera campaña magnífica en el Sky -y en el World Tour- Egan Bernal ingresó a 2019 como uno de los líderes de la escuadra más poderosa del planeta. Eso, con 22 primaveras en su haber y un breve derrotero en las ruedas finas, a las que llegó desde el Mountain Bike en 2016.

Con los ojos puestos en el Giro de Italia, comenzó tranquilo en casa, trabajando para Iván Sosa en la Colombia 2.1. Eso no evitó que estuviera arriba, clasificando 4° merced a su ascensión al Alto de las Palmas.

Bernal continuó su preparación y recién volvió a colgarse un dorsal un mes después, en la prestigiosa París-Niza. En una edición que será recordada por los abanicos de las primeras jornadas, el escalador brilló entre los rodadores, ganando media corona en el llano.

Como no podía ser de otro modo en un atleta completo, hizo lo que debía en la crono y las montañas, controlando en todo momento a Nairo Quintana, único que le opuso cierta resistencia, aunque jamás estuvo el título en entredicho.

La Volta a Catalunya fue otra oportunidad para verlo correr a la ofensiva. El marcaje y la falta de terreno idóneo le jugaron en contra, porque hay que decir que la montaña fue algo insulsa y casi no marcó diferencias. En todo caso, López fue un puntito mejor y el más inteligente, pero los 17″ que le sacó a su compatriota hablan por si solos.

Lo que realmente interesaba era el Giro y todo iba encaminado, hasta que una caída entrenando lo sacó del camino. Cosas del destino, su lesión no fue tan grave como sí la de Froome, hechos que lo colocaron en el Tour de France, y con opciones.

Antes, Egan retornó rápidamente a la bici, batiendo récords en sus entrenos. Tanto así, que arrasó en el Tour de Suiza, donde prácticamente no tuvo rival y afinó su condición para la Grande Boucle. Adicionalmente al título helvético, Bernal empezaba a escribir historia, porque a nadie escapa la idoneidad del Dauphiné como previa de la cita francesa. Algo que el de Zipaquirá modificó.

Y por fin empezó el Tour. INEOS dispuso un doble comando con Thomas y el escarabajo, que se mostró hiperactivo desde Bruselas, entrando a la decena de avanzada en la etapa 2 para no volver a caer nunca de allí.

Siempre adelante, atento a los cortes y buscando bonificar. Egan corrió como un veterano y no desesperó cuando las cosas no lucían tan favorables: una crono que pudo ser su día malo, un Pinot que daba miedo o contrincantes entregando sensaciones positivas en Pirineos.

Bernal esperó a los Alpes, que este año visitaban alturas propias de su Colombia natal. Y fue en ese escenario donde hizo estragos, tomando galones absolutos el día del Galibier, para sentenciar en el colosal Iseran. Atacó y lo hizo en serio, sin mirar atrás y relativamente lejos de meta.

Val Thorens fue un trámite para él y sus “aparecidos” gregarios que, hay que decirlo, no rindieron como en ediciones previas. Entonces, prácticamente aislado, Egan se metió en los libros de historia: primer latinoamericano en subir a lo más alto del podio de París y uno de los más jóvenes en conseguirlo, sin olvidar que era su segunda ronda de tres semanas.

Un extenso y merecido reposo siguió su gesta. Pero, a la inversa de tantos otros campeones que se dejaron ir, el zipaquireño se enfocó en aprovechar su curso, algo que cumplió en las clásicas otoñales italianas.

Con Lombardia entre cejas, volvió al ruedo en Giro della Toscana, donde fue 2° tras romper la carrera. Alternó citas adversas, que usó para añadir kilómetros, con otras adecuadas. Y fue en el Giro dell´Emilia y Milano-Torino donde intentó nuevamente. En ambas hubo gente superior a la que no pudo seguir, hecho que no impidió verlo en el top 10, recolectando valiosos puntos para que Colombia conservara su posición en el ranking por naciones que da los cupos a Tokio 2020.

Pero faltaba la guinda. Abrumador dominio de INEOS en Piemonte, donde aplastaron a los demás y sirvieron en bandeja la conquista, realmente merecida por Sosa. Puesta a punto de lujo con el Monumento conclusivo del calendario a horas vista.

Y en Lombardia no decepcionó. Una cita durísima con Valverde, Fuglsang, Woods o Roglic intimidantes. Mollema se les infiltró, robándose la gloria, pero el colombiano no se escondió y pudo ascender al cajón, siendo batido en el sprint por el segundo lugar por un hombre mucho más veloz como ‘El bala’.

Campaña larga, en la que cumplió al llevarse la carrera más importante de todas, aún cuando su pico iba enfocado al Giro. Encima no se abandonó y rindió en una época del año muy difícil a la que pocos saben llegar en forma.

Para redondear el repaso a su 2019 inolvidable, números de lujo: 2° en el Ranking UCI de carreras por etapas, sólo relegado por Roglic, y 1° en el América Tour con un margen enorme sobre Quintana y Carapaz. ¿Más? 62 días de carrera, 26 en el top 10, cinco victorias (cuatro World Tour) incluyendo tres de las cinco citas por etapas disputadas.

De principio a fin, Roglic

Tras afrontar en el Tour 2018 su primera grande como jefe de filas, el reto de Primoz Roglic para esta campaña era superar el 4° de esa ocasión. Y vaya si lo hizo, pero primero, demos un vistazo a su periplo.

El exesquiador comenzó el curso en marzo, cumpliendo los deberes en el UAE Tour, donde no tuvo problema alguno para rematar en Jebel Jais. Excelente inicio frente gente de mucha entidad, a la que dejó avisada.

Una descafeinada Tirreno-Adriático fue el siguiente escenario y la historia se repitió. Mientras otros recolectaban etapas, él fue a lo suyo y, aunque agónicamente, desbancó a Adam Yates en la crono conclusiva, incluso haciendo una de sus peores etapas cronometradas del año.

Llegó Romandía y lo que hizo fue apabullante: victoria en tres de las seis jornadas, en todo tipo de terreno y título cómodo. Tanto dominó, que generó ciertas dudas de cara al Giro, donde se confirmó que se había pasado de forma en la preparación.

Pero ni así perdió protagonismo, con Nibali corriendo contra él en un marcaje que abrió las puertas a un desatado Carapaz. Rogla, que aparte se cayó y tuvo problemas de salud, fue el cuco de la primera mitad de la corsa rosa.

De allí en adelante flaqueó, concluyendo en el podio final. Poco para lo enseñado los meses previos, mucho para la “paliza” que le metieron en los puertos de la ultima semana. Y, más importante aún, aprendizaje del que sacaría rédito más adelante.

Y fue en la Vuelta a España, cita que controló a su gusto de inicio a fin. En el top 10 desde la etapa 2, pese a caerse en la CRE inaugural, el esloveno trepó progresivamente y -prácticamente- sentenció en la CRI de la etapa 10.

Nunca le hicieron daño en las montañas, él los remató sobre la cabra y hasta se dio el lujo de incrementar su brecha subiendo. Líder durante casi dos semanas, concretó el reto de ganar una grande en su tercer intento, algo al alcance de pocos.

Pero, lejos de relajarse, usó el pozo de forma en las clásicas de otoño. Corrió tres y ganó dos: Giro dell´Emilia (1°), Tre Valli Varesine (1°) y Lombardia (7°). Sólo bajó el pistón antes de las mismas, en los Mundiales de Yorkshire, donde tenía la fatiga de La Vuelta muy fresca en el organismo.

En resumen: tomó la salida en cinco rondas por etapas, todas World Tour e incluidas dos grandes; ganó cuatro y fue 3° en otra. Encima sumó siete etapas y dos pruebas de un día, acumulando un total de 13 dianas que lo igualan con sprinters como Bennett y Ackermann en la “tabla de goleadores”, sólo por detrás de Groenewegen, pero con más en la máxima categoría que casi (Bennett no) todos ellos.

El eslovaco cerró 2019 con 69 días de competición, 32 top 10, 13 triunfos (11 WT) y, como si eso no fuera suficiente, se quedó con el UCI World Ranking, lideró el ranking de pruebas por etapas con 1400 puntos por encima de Bernal, su escolta, e hizo lo propio en el Europa Tour con Alaphilippe lejos a su sombra.

Conclusiones

Es complicado decantarse por uno de estos tres cracks. Sobre todo por la espectacularidad de los tres a la hora de correr, casi siempre dando espectáculo y atacando. Por eso, a la hora de inclinar la balanza, se imponen la mayor cantidad de éxitos de Roglic, que además las obtuvo de marzo a octubre, contra períodos más acotados de plenitud por parte de sus colegas.

No sólo eso, sino que su organismo soportó dos grandes vueltas, ambas en el podio y con 16 jornadas como líder entre ambas. Un curso, sencillamente, excepcional en el que dejó el listón tan alto que le costará repetirlo o superarlo alguna vez. Primoz Roglic, el hombre de 2019.

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Pablo Martín Palermo

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14 pensamientos sobre “Análisis: El mejor ciclista de 2019

  1. De esos tres no sale, solo que la GV ganada de Roglic la tuvo demasiado fácil y no solo por su forma si no en gran parte a la tibia oposición de sus contrincantes. y en el Giro siendo el único croner en la GV con cantidad de crono, pues era casi imposible que al menos no consiguiera el podio, allí fue un golpe mas de suerte porque por su mala planificación y de no haber tenído caida Dumo lo hubieran dejado sin podio y posiblemente mas reventado de lo que terminó. Para mí en su orden: 1. Alaphilipe, 2. Bernal, 3. Roglic

  2. BUEN DIA QUERIA PREGUNTARLE A PALERMO CUAL ES LA FECHA LIMITE PARA QUE LOS EQUIPOS WOUR TOUR Y CONTINENTALES ENTREGUEN SUS NOMINAS DEFINITIVAS PARA EL 2020

  3. Excelente analisis, sin duda los mejores.
    Mi top seria:
    Roglic
    Bernal
    Alaphilipe
    Van der Poel
    Fulsang
    Ewan
    Evenepoel
    Carapaz
    Pogacar
    Bennet

  4. Analizando la temporada completa y la calidad y cantidad de triunfos, el mejor es Egan Bernal. No es porque sea colombiano. Sin duda los otros dos corredores del año son Roglic y Alaphilippe.

  5. El mejor ciclista del año es el que gana la carrera que cada año se ve en todo el mundo, el Tour.

  6. Mi voto es por Roglicz, Bernal, Alaphillipe…. pero hago mención especial a Remco, no en vano es el eddy en miniatura… sube, sprinta, clasicomano y croner… será el puto amo en 2 años

  7. El mejor es Egan Bernal, está haciendo historia para latinoamerica, además es el más joven en ganar ésta prueba en muchos años, además la competencia ciclistica más importante del mundo es el Tour y el Colombiano estuvo activo u ganador durante todo el año, por todo lo anteriormente expuesto, mi voto es por Egan además debe ser el mejor deportista Latinoamericano del 2019.

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