Análisis: El temor reina en el pelotón – Ciclismo Internacional

Análisis: El temor reina en el pelotón

Por @pmpalermo

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Una carrera, dos finales. San Remo en 2008 y 2015

Si algo atrae a los fanáticos del ciclismo son los ataques. No importa si son en la montaña, repechos o en llano, pero esos fulgurantes momentos de emoción y agresividad levantan a los espectadores de sus asientos, haciendo que valgan la pena las horas de monotonía que muchas veces suelen preceder a unos escasos minutos de intensidad.

Así, la historia del ciclismo, tiene en sus anales los nombres de algunos atletas súper ofensivos que marcaron una época. Gente como Merckx, Hinault, De Vlaeminck, Pantani, Coppi o Jiménez, por citar sólo a algunos de aquellos héroes poco afectos a rodar en el seno del lote y, por ello, activos desde larga distancia, sin temor al fracaso.

Pero los tiempos cambian y, en este caso, para mal. Es que se ha convertido en una tendencia que grupos cada vez más numerosos se presenten para jugarse la gloria en las grandes carreras del circuito, otrora señaladas como las más selectivas y, por ello, destinadas exclusivamente para los más fuertes.

Sin ir más lejos, la reciente Amstel Gold Race tuvo a 17 hombres con el mismo tiempo que el vencedor, algo que no sucedió en 20 años y que no hace más que añadir otro capítulo a una incipiente saga que viene en aumento durante las últimas campañas.

¿Qué decir entonces de la París Roubaix de 2015? Menos Infierno que nunca y con siete hombres rodando en el mítico velódromo, el mismo en el que solían llegar solitarios héroes cubiertos de barro, extenuados tras sus extensas cabalgadas.

Las dos recientes definiciones de la Classicissima tuvieron llegada al sprint y a velocistas puros alzando los brazos: 25 hombres en 2014 y 26 en 2015, una veintena más que en 2013 cuando Ciolek sorprendió al mundo, y una enormidad respecto a la diana de Gerrans en 2012 frente a otros tres pedalistas.

Ni siquiera la siempre selectiva Lieja se salvó de esta epidemia de cobardía que se ha apoderado del pelotón y así, hace una semana, el mismo transitó sin emoción por La Redoute ,Roche au Facons y Saint Nicolas, usuales escenarios de grandes gestas, dando lugar a una volata entre 10 participantes.

Justamente, las citadas cotas ardenesas o el Poggio en San Remo, el Cauberg en Amstel y el pavé de Flandes no hacen más que recordar que, aún con pequeñas modificaciones, los trazados de estas importantes clásicas no han variado en su esencia, motivo por el que hay que apuntar a los protagonistas para entender las razones por las que se producen arribos multitudinarios en pruebas donde se espera a unos pocos.

Dinero, puntos y recambio generacional

Y son varios los puntos a marcar respecto de los corredores, cada vez más temerosos de atacar, pensando primero en guardar energías para el cierre que en intentar anticiparse al grupo, práctica habitual hasta hace un lustro que va siendo olvidada.

¿Qué sucede entonces? Un poco de todo. Primero, que cada vez quedan menos de esos exponentes de ciclista ofensivo al extremo, tales como Jens Voigt, Alexander Vinokourov o Paolo Bettini, sin olvidar que Voeckler no pasa por sus mejores temporadas y Nibali está atado a un solo pico de forma, para el Tour.

La carta (desmentida) de Vinokourov a Nibali en 2014, es precisamente un claro ejemplo de los tiempos que corren. Para algún desprevenido, la misiva del ahora mánager de Astana a su discípulo y compañeros, exigía resultados. Claro está, el Tiburón luego ganó la Grande Bouclé y todo quedó en el olvido, pero la tónica es la misma para el resto del pelotón World Tour, donde los millones de euros de los sponsors por un lado, y los puntos UCI por el otro, obligan a los directores a presionar, modificando el modo en que se desempeñan los atletas.

Por caso, poco después de la llegada de Sagan al Tinkoff, el polémico dueño, Oleg Tinkov, le tiró una pesada losa encima al decirle que, como mínimo, debía ganar dos Monumentos. Por supuesto, el eslovaco no logró su cometido, de por sí durísimo.

El mismo Contador sufrió en persona las exigencias de Tinkov, que se cansó de criticarlo en las redes sociales durante 2013, diciendo que sus resultados no estaban al nivel de su salario. El de Pinto, que no brilló como era usual, fue 4° en el Tour de Francia, algo al alcance de unos pocos en el mundo.

¿Qué puede esperar el resto del colectivo ciclista si estrellas del más alto calibre reciben semejante trato? Después de todo, no deja de ser un trabajo y los ciclistas trabajadores, que se preocupan más por mantener el sueldo para sus familias que en regalar show a los aficionados.

La globalización es otro apartado a ponderar. Los europeos dormían tranquilos hasta hace unos años, pero el arribo a los primeros planos de atletas de orígenes humildes y exóticos, y de otros no tan brillantes pero con muchos puntos UCI logrados en carreras de los calendarios locales, aumentaron la oferta y saturaron el mercado.

Eso incrementó la competitividad, llevando (junto con los puntos) a que los equipos se sacaran los ojos ya desde enero en el Tour Down Under, al que antes acudían a conocer los canguros y demás curiosidades de las Antípodas.

“Todo tiempo pasado fue mejor”, dice un refrán, y en el caso que nos compete es cierto, por todo lo antes expresado. Pero como sucede en la historia de la humanidad, la evolución es imposible de detener y, tal parece, el deporte pedal se encuentra en un período de transición que algún día mutará en otra dirección.

Esta es la realidad que hoy rodea a la serpiente multicolor, un ciclismo más conservador, igualado y menos selectivo, poco propenso al show y más aburrido. Será cuestión de tiempo hasta que aparezca una nueva camada que desarrolle habilidades para evitar arribos masivos en el contexto con el que hoy les toca lidiar. Hasta entonces, el temeroso pelotón seguirá rodando bajo el yugo de los millonarios propietarios que pagan los sueldos, reescribiendo la historia, en un camino del que todavía no se vislumbra el final.

Pablo Martín Palermo

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13 pensamientos sobre “Análisis: El temor reina en el pelotón

  1. No me ha gustado nada este artículo. Pones de ejemplo a dos ciclistas muertos por drogadictos, si para ti meterse coca antes de una carrera significa que ”todo tiempo pasado fue mejor” apaga y vámonos.
    Te invito a que te veas repetidas carrerones que ha habido este año como Het Volk o Gante-Wevelgem, es completamente falso que todos los años las grandes clásicas se las hayan jugado entre 3 y los demás a 5 minutos, que ese es el ciclismo que parece que te gusta, cuando ganaba quien tenía mejor médico, como la Lieja de Vandenbroucke en el 99.
    Si me pongo a recordar el mundial de Florencia 2013 fue completamente épico (a pesar de no terminar favorable a los españoles), y que digas que la Lieja de este año no ha tenido emoción para mí es un insulto.

    1. Obviamente no estoy de acuerdo, pero respeto tu visión.
      Lamento que pienses en el ciclismo como dopados y “mejor médico”.
      Y a todo el mundo le gusta que haya ataques, no un pelotón vigilándose hasta el final. La lieja de este año ha sido aburrida, nadie secundó los intentos de Astaná en Stockeau , pasaron la Redoute caminando y dejaron todo en manos de Valverde, mirándose y prefiriendo que ganara Moreno antes que trabajar para el murciano. Todo eso, a 500 metros de meta. Si ese es el ciclismo que a tí te gusta, está claro que no nos entendemos. Pero agradezco el tiempo que te has tomado para leer la nota y luego para comentar. Bienvenido y a tus órdenes

      1. Dime una gran fuga de esas que echas de menos, y te responderé qué médico llevaba y qué mandanga tenía puesta. Y también te recordaré a los que pasaban miserias por terminar las mismas carreras, ciclistas que entrenando iban a la par en carrera les sacaban los ojos. Por supuesto que no todos, como Santi Blanco porque le sentaba mal, pero las exhibiciones de un puñado de ciclistas 20 pasos por encima del resto nunca han sido normales y nunca lo serán. Que haya gente como tú que las defienda solo resta credibilidad a este gran deporte en favor de egoístas que se ponían de todo por conseguir un mejor contrato. ¿Recuerdas a Casero, a Aitor Gónzalez, a Isidro Nozal? A Rumsas, a Dario Frigo, a Riccó y sus ataques? ¿Qué fue de ellos cuando firmaron el contrato de su vida? Y te lo dice alguien que lo ha vivido muy de cerca con larga tradición familiar dentro del ciclismo profesional.
        Dices que en la Lieja le dejan la tostada a Valverde y nadie quiere trabajar para él, ¿te has visto carreras de Eddy Merckx, o de Hinault? Acaso crees que cuando alguien es tan superior todos sus rivales van a trabajar para él? La respuesta es no.
        Por cierto en tu artículo también criticas el temprano inicio de temporada. Yo agradezco que ya en febrero los dos mejores vueltómanos del mundo se estén batiendo en la Vuelta. Andalucía como este año y no sólo se les vea en el Tour. Y que en octubre Valverde sea capaz de hacer podium en Lombardía, ese si que es un ciclista de otro nivel.
        Otro inciso en Roubaix este año soplaba un viento de cara que no ha soplado en otros años, era prácticamente imposible marcharse del grupo. Aun así eran 3 corredores hasta 2 kms a meta que se reagruparon gracias al enorme trabajo de los Etixx.
        Te animo a que veas más ciclismo y no sólo las grandes carreras, este año a parte de las dos que te he mencionado Flecha Brabante, Strade Bianche, Le Samyn han sido carrerones, y por supuesto en la segunda parte de la temporada San Sebastían, Paris Tours, Paris Bruselas van a ser grandes carreras como lo han sido en años pasados.
        Saludos

        1. Parrcr que eres el unico que piensa así.
          te animo a lo mismo, porque a diferencia tuya, yo fui parte del pelotón.
          saludos

        2. Y si siguieras la web notarias que esas carreras que mencionas no solos las vimos:hicimos previa,cobertura y subimos video Y hasta analisis

  2. Martín, muy atinado tu comentario, venía observando desde al Milan-San Remo y las siguientes carreras, eso que adviertes.- En mi modesta opinión, lo achaco a los auriculares (pinganillos), potenciómetros, pulsómetros y nuevos sistemas de entrenamiento que permiten a un atleta de 80/85 kgrs. pasar los pasos, cotas y puertos sin mayores inconvenientes y, ante la falta de endurecimiento de la carrera en esos tramos, llegar al sprint con ciertas y muchas posibilidades de salir airosos.- Ej: el alemán (Degenkolb) del Giant que ganó la Paris-Roubaix ó el caso del Noruego (Kristoff) del Katusha que pesa 88 kgrs. y tiene la apariencia de un medio scrum de rugby.- La esperanza está en dos cosas: 1. cambio generacional y… 2. que esos mismos sistemas de entreno, permitan a los ciclistas “normales” superar, como antes, a los sprinters y pasistas veloces que pululan en los pelotones tanto nacionales como internacionales.-

  3. Excelente articulo Pablo, totalmemte de acuerdo. Trato inmerecido para grandes deportistas y como se extraña a los grandes heroes en fuga y que llegaban en solitario o peleando con 2 o 3.

  4. Muy buen artículo, creo que estamos en la era de las tecnologías de la información y esto aumenta la sugestión a no romper el límite y ser más fríos y calculadores.

Los comentarios están cerrados.

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