Bruyneel: “Explícame la diferencia entre Bjarne Riis y yo” – Ciclismo Internacional

Bruyneel: “Explícame la diferencia entre Bjarne Riis y yo”

Por Oscar Trujillo Marín

Pocos ex atletas de élite y ex directores de una escuadra deportiva pueden ostentar el infausto honor de haber sido sancionados de por vida para ejercer su profesión. Nadie en la historia del deporte de élite pagó tanto y tan caro por el global de toda una época fraudulenta y turbia donde Bruyneel y su dirigido más tristemente célebre, Lance Armstrong, fueron los chivos expiatorios de dos generaciones con los que el sistema se ensañó de la manera más implacable.

En información revelada a Cycling Opinions, en cabeza de su destacado periodista especialista en ciclismo Raymond Kerckhoffs, y también confesada en un podcast del Dr. Paul Dimeo (coautor del libro la Crisis antidopaje en el deporte) Johan Bruyneel hizo unas declaraciones donde argumenta la vergonzosa doble moral que manejan los organismos mundiales antidopaje. Nunca se justifica, ni minimiza sus faltas, solo habla de una injusticia flagrante que cuesta mucho rebatirle.

Johan contó que en 2013 una agencia de dopaje (se abstiene de revelar cual por una clausula firmada al respecto) le ofreció un acuerdo e sanción de tan solo un año si accedía delatar y ofrecer información incriminatoria sobre un gran personaje del deporte mundial. Bruyneel aceptó el trato pero se echó para atrás en el último instante.

“No tenía información incriminatoria sobre la persona en cuestión. Solo quería ver hasta dónde está dispuesta a llegar una agencia antidopaje y romper conscientemente sus propias reglas para atrapar a alguien. Para mí, esta fue una prueba más de que no hay justicia en las agencias antidopaje. Tienes derechos en todos los tribunales civiles. En derecho deportivo pueden romper todas las reglas y no tienes oportunidad de defenderte”, explicó el ex director belga.

Bruyneel, de momento, no podrá revelar qué agencia fue, hay todavía un blindaje legal que se lo impide. Luego agregó: “Que tengo que ser castigado por las agencias antidopaje es perfectamente claro para mí”, reconoció Johan. “No hay lío con eso. Crucé la frontera como corredor y como jefe de equipo. Entonces, si lo haces, no tienes ninguna oportunidad de defenderte. Primero, la agencia antidopaje de los Estados Unidos no me controló. Si alguien debería haberme castigado, tuvo que haber sido la agencia belga y la UCI. También queda muy claro que la USADA, extralimitada, por supuesto, de forma abusiva e ilícita, nos agarró para colgarnos a Armstrong y a mí en el árbol más alto”.

Bruyneel resaltó que algunos de los testigos clave que precipitaron su caída y la de Lance, es decir sus ex compañeros en el US Postal: Levi Leipheimer, Christian Vandevelde, Michael Barry, George Hincapie y Tom Danielson, cantaron y pudieron decidir cuánto serían suspendidos a cambio de esa confesión, por hechos que ellos habían cometido en similar magnitud.

Algo así (guardando las proporciones) como en las películas de mafiosos negocian la inmunidad e impunidad de un traficante y asesino, para hacer caer a otro traficante y asesino que eleve la popularidad y el prestigio de los agentes y el político de turno. Que suceda entre políticos corruptos, (disculpen la redundancia) policías ídems ávidos de medallas y gángsters; vaya y venga, pero los tribunales deportivos no deberían tener el poder de discriminar ante faltas o delitos similares quien merece más castigo que otros. Menos aún cuando la desproporción en el castigo ante hechos parecidos es colosal.

Por sus mismas declaraciones de manera objetiva, todos debieron haber sido suspendidos con el máximo rigor con el agravante de “tráfico” de dopaje que daba una pena mucho más alta de la que recibieron. O no sancionar a ninguno, si lo que no tenían era pruebas. Leipheimer incluso declaró bajo juramento que administró él mismo una transfusión de sangre a Floyd Landis. Según información de sus propias confesiones. Sin embargo pagó una sanción ínfima y continuó con su carrera como si nada.

Aún así, la USADA y WADA disponen de la ley de forma arbitraria a su antojo, según los intereses partidistas, las filias y fobias que les muevan. Desdeñan sus propios códigos y normas en función que la presa que quieran hacer caer les otorgue más revuelo mediático y les represente más medallas en el pecho, aún a costa de que el tratamiento en el ejercicio de la justicia se inescrupuloso, lamentable, infame y por su puesto carente de ella.

Desde junio de 2012 hasta octubre de 2018, Bruyneel luchó en todas las instancias judiciales posibles por impugnar su severo castigo de 10 años impuesto por la USADA. Se dejó buena parte de su dinero, armonía familiar, salud física, pero sobre todo psicológica. Nada pudo quitarle su sensación de injusticia, consideró tal esfuerzo como frustrante. “La justicia deportiva no tiene nada que ver con un juicio justo. Ya sea USADA, WADA, cualquier otra agencia antidopaje o incluso el tribunal deportivo CAS”

Bruyneel cuenta también que en 2014 pasó dos días en Suiza declarando ante el comité que creó la UCI, para un informe ordenado por el ex presidente del mismo organismo Brian Cookson, donde narró toda su experiencia en el dopaje como ciclista y director desde 1987 hasta su cese, y que su decepción fue mayúscula cuando lo vio ya publicado y comprobó que toda su información había sido desdeñada.

“Tres millones de Euros que costó dicho informe, que le sirvieron a Cookson para sacer pecho de su compromiso y hacer relaciones públicas, pero no leí una sola palabra de mis declaraciones. Al parecer, mi historia no fue interesante”, reveló el ex director de US Postal, entre otros equipos. Luego puntualizó: “Por medio de este informe, supuestamente habían investigado el pasado del ciclismo, para que no se repitieran los mismos errores. Pero fue un desperdicio de esfuerzo y dinero no tenía nada que ver con el antidopaje o con cómo el ciclismo debería continuar después de este período negro”.

Bruyneel ya ha tirado la toalla, ha aceptado que no va a trabajar más en el ciclismo, mientras viva, al menos como director. Solo lamenta la doble moral e hipocresía: “Pero explícame la diferencia entre Bjarne Riis y yo. Riis explicó a la agencia danesa antidopaje lo que ha hecho como corredor y gerente de equipo, al igual que hice yo todas esas declaraciones. Con él, se respetó la prescripción de los hechos, pero ese no fue mi caso. Sin embargo, ambos nacimos en el mismo año, competimos exactamente en los mismos años como corredores y como gerentes de equipo. Cometimos las mismas faltas en activo y desde el coche, pero Riis puede volver a trabajar con su nuevo equipo NTT Pro Cycling este año”, argumentó Johan, y luego añadió:

“Incluso fue recibido personalmente por el director del Tour, Christian Prudhomme, y el presidente de la UCI, David Lappartient. No tengo nada en contra de eso. Creo que Bjarne es un excelente gerente de equipo y tiene al igual que yo derecho a tener un pasado y cambiar. También estoy convencido de que con su pasado ahora puede ver mejor que muchos que una cultura de dopaje como en aquellos años no se repite en su equipo. Pero, ¿por qué se le permite continuar y yo no puedo? ¿Eso es justicia?”

Cuando uno ve a gente que anduvo hasta el cogote de todo ese cóctel químico fraudulento de atajos a la gloria tan masivamente usado a finales de los ochentas, noventas y primeros años del nuevo siglo, que fueron pillados, delatados investigados y sancionados también, pero de manera infinitamente más laxa; cuando uno comprueba que casi todos ellos siguen siendo venerados ídolos nacionales y que muchos de ellos son hoy en día aclamados comentaristas en las televisiones públicas y privadas de Francia y otros países europeos, cuando uno ve que Virenque, Jalabert y compañía se fueron de rositas y conservan su gloria intacta, es difícil no darle la razón en esto a Bruyneel. Nunca justificar sus yerros,  los cuales ha (a diferencia de la inmensa mayoría) expiado con creces. Pero solo él, Lance y unos pocos, pagaron por todos y lo perdieron todo también.

Los demás de manera caprichosa, chauvinista y descarada siempre fueron protegidos por gobiernos, instituciones, medios y aficionados y conservan en la Wikipedia, la historia y las paginas especializadas un palmarés ganado a punta de EPO, transfusiones, hormonas de crecimiento, testosterona, cortisona etc., al igual que el denostado belga y el aborrecido norteamericano. Larga vida a la justicia tendenciosa, acomotaticia cínica y selectiva.

Oscar Trujillo Marín

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7 pensamientos sobre “Bruyneel: “Explícame la diferencia entre Bjarne Riis y yo”

  1. Aunque estoy en total desacuerdo del dopaje, no admiro a los que se dopan, no soy de los que digo que como muchos van dopados entonces se justifica el dopaje de los otros, no soy de los que dice que un burro dopado nunca ganará un derby, no creo que dada la dureza de las carreras se justifica el dopaje (aunque lo puedo llegar a entender), debo decir que estoy en parte de acuerdo con Bruynell.

    La justicia norteamericana a perseguido a ciclistas como si fueran el Pablo Escobar o el Chapo Rosario. Son ciclistas que se doparon para ganar pero no creo que hayan sido los capos de una estructura para organizada para delinquir. Los que los denunciaron se doparon tanto como ellos.

    El sistema de denunciar tiene como espíritu que los delicuentes pequeños (que hacen daños pequeños) denuncien a los capos, a los que orquestan el delito. Aunque en Colombia se ve el caso que los capos denuncian a los pequeños para obtener rebajas. Pero eso solo pasa en el pais del Sagrado Corazon de Jesús.

    Lo cierto es que hasta donde tengo conocimiento, nunca se ha desenmascarado ni enjuiciado a un cartel o mafia que trafique con sustancias dopantes. Casi siempre paga es el que se dopa.

    Por otro lado no se entiende que unos que se han dopado y ganado anden como si nada y otros estén con penas muy fuertes por el mismo delito, sin mostrar mayor arrepentimiento los dos.

    Finalmente, otros deportes en donde el uso de sustancias es igual o mayor, ni siquiera se investiga y mucho menos se penaliza o criminaliza. Para muestra, el fútbol o el baloncesto o deportes de alto impacto económico.

  2. Oscar, lamento decir que este es el último artículo que leeré escrito por ti. No soporto tu tufillo político, y tus gracietas políticas (hoy: disculpen la redundancia…) son injuriosas para una parte de los políticos. Además de que gracia, lo que se dice gracia al escribir, no tienes ninguna. En fin, son mis gustos, y mi libertad de leer a quien quiero. De un fanático del ciclismo, que siempre había apreciado a Pablo M. Palermo.

    1. Javier, ante todo, no debe dejar de apreciarme ;)
      Hablando en serio: para gustos, un mundo. Así como a ud no le gustan hay mucha gente a la que sí. Lamento su incomodidad y, por supuesto, es libre de leer lo que guste. Espero seguir “leyéndolo” con sus opiniones en el resto de las notas del sitio.
      Cordial saludo

    2. Javier “lo personal es político”; entorno a esta frase se ha creado una de las revoluciones más grandes de la historia. Tengo una mirada del mundo que no puede abstraerse a lo que escribo y si así fuera, o me lo pidieran, preferiría no hacerlo. Por evadir siempre, y nunca nadie querer mojarse ni tomar una postura política en público es que este mundo es cada vez un lugar más injusto e insostenible. Por sus dos apellidos intuyo que es usted vasco o navarro; he pasado buena parte de mi vida en España, conozco su clase política -salvo honrosas excepciones- de una calidad lamentable; y conozco perfectamente la endogámica y deshonesta de latinoamérica que la mantiene sumida en el subdesarrollo y la miseria. No es obligatorio que le guste, ni mi compromiso político ni lo que escribo, ni mi estilo. Si a ud le hace ilusión defender a esa noble casta bien pueda. Ud tiene la libertad, por supuesto, de leer a quien quiera y ya conociéndome (por lo visto no es la primera vez que me lee para opinar de forma tan categórica) me resulta incomprensible su masoquismo de seguir haciéndolo cuando es evidente que no somos afines en absoluto. A ud le puede parecer sin gracia lo que hago y a otras (muchas) personas les gusta: ¡es lo que tiene la democracia y la pluralidad señor!. No veo por que no siga apreciando a Martín, el no tiene la culpa de compartir redacción con un engendro como yo. Es ud un adulto sensato y puede separar perfectamente su aversión hacia mi de su simpatía por otros compañeros de esta redacción. En persona y conociéndolo estoy seguro que ud tampoco me gustaría. Pero no pasa nada. Nadie le obliga a leerme. Veo que le ofendió y molestó mi articulo y no sabe cuanto me complace. Es ud perfectamente correspondido.

      1. Señor Oscar creo con el respeto que siempre me ha caracterizado que usted no debio caer en el juego del señor Javier. No debió haberle contestado, una cosa es el debate respetuoso y otra muy diferente es que me guste x o y, por cualquier situación. Si Javier considera que lo escrito por Óscar para nada le agrada, lo mejor que puede hacer es no leeerlo, pero que no salga con maricaditas que a los demás no nos importa. En cuanto al artículo es la cruda realidad que ha filtrado todos los campos, el famoso cartel de los sapos, si usted acusa a los demás (que pertenecen a su bandola) pues usted pasa a ser de nuestro bando, ya deja de ser el maldito corrupto, para convertirse en una persona de bien, hasta admirada y respetada, pues con su arrepentimiento purgó sus penas, de lo contrario seguirá siendo el mismo bandido que merece que le recaiga todo el peso de la Ley (la doble moral).

  3. Al margen de un Articulo más o menos brillante , pienso que lo que subyace es que personajes como Bruynel , Rijs , o Rudy Pevenage , por hablar de unos que están mas manoseados , deberiamos de ” alejarlos ” del ciclismo y no darle más vueltas y no victimizarlos , cuando son culpables de una parte negra de la historia de nuestro deporte , un abrazo . a le belle etoile !

  4. Excelente artículo, debemos propender por desbaratar la doble moral que es precursora de la corrupción, hay que destapar la olla podrida UCIgate, y aledañas. Las personas como Bruynel, Risj, Hincapié, Amstrong, etc, etc, etc, etcétera, tienen derecho a rehacer su vida pero, No de ninguna manera en el deporte.

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