La carrera del año – Ciclismo Internacional

Por @pmpalermo

En la recta final de 2013, el análisis de lo sucedido lleva a elegir la carrera del año, esa que por organización, espectáculo, paisajes y participación destacó por sobre el resto y regaló a los aficionados momentos de emoción,tensión,tristeza o algarabía.lombardia

Si bien es difícil encontrar todas las características citadas en una sola prueba, el escrutinio pormenorizado condujo inexorablemente a una competencia italiana ya que los del país transalpino son expertos en esto de armar shows y encima casi todas las carreras bajo su órbita estuvieron marcadas por las inclemencias climáticas, con el valor añadido que eso implica.

Hecha la aclaración, la mejor prueba del año para Ciclismo Internacional fue sin dudas el Giro di Lombardía, en el que la parte emotiva la pusieron Voeckler y su escapada primero, y Purito y su revancha después.

Il Lombardia tiene condimentos que cada temporada la colocan en la lista y que hacen de su elección en este tipo de premios una constante: los bellos paisajes teñidos de rojo por el contexto otoñal en que se corre, la presentación en sociedad del nuevo Maillot Arco Iris y un gran número de participantes de lujo en forma por la cercanía con el Mundial.

En esta edición pasó de todo y mientras Nibali se marchaba a casa por una caída, Voeckler rozaba la hazaña rodando en solitario, con su concierto de gestos a la orden del día al tiempo que, por detrás, los gallos se vigilaban.

Pero no quedo allí la cuestión y los condimentos para aumentar la emoción se sucedieron en el tramo conclusivo: el capitán de Europcar coronaba la Madonna del Ghisallo bajo el tañer de las famosas campanas al tiempo que Alberto Contador se despedía de un infausto 2013 y perdía rueda en el pelotón, todo eso con el campeón Mundial tirando del grupo y trabajando para Alejandro Valverde.

En la definición, y tras ser neutralizado el combativo escapado a 11 kilómetros de meta, Purito casi que repitió la victoria de 2012, atacó en el mismo lugar y se marchó solo, pedaleando con rabia perseguido por el recuerdo de sus lágrimas de la semana previa en el podio de Toscana y por un criticado  Valverde que poco pudo hacer para alcanzar al de Katusha.

Si bien los cambios climáticos impidieron que la prueba hiciera honor a su apodo, la lluvia y el recorrido reemplazaron las hojas muertas y pusieron lo suyo para animar una carrera aburrida en su inicio y emocionante pero previsible en el final con Purito Rodriguez mostrando que él era dueño moral del maillot que vestía Rui Costa y que la competencia lombarda era el cierre ideal del 2013  y con justicia, la mejor carrera del año.

Pablo Martín Palermo

                                            
pmpalermo@hotmail.com 

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