La primavera ciclística se esfuma y con ella las ilusiones de muchos veteranos – Ciclismo Internacional

La primavera ciclística se esfuma y con ella las ilusiones de muchos veteranos

Por Oscar Trujillo Marín

Si en algún momento antes de julio la temporada se puede reanudar, de todo lo cancelado hasta ese día y fecha, con suerte, la UCI solo intentará reprogramar este año en el apretado calendario el Giro de Italia y los cinco Monumentos.

Estas competencias son, con diferencia, además del Tour de Francia y la Vuelta a España, las carreras con más repercusión y audiencia y sus principales fuentes de financiación. Además de pertenecer la mayoría a los dos grupos económicos y empresas más relevantes del gremio. Muchos empresarios independientes y regiones perderán el dinero y esfuerzo de un año entero. Otros organizadores, más pequeños, incluso pueden desaparecer. Las jóvenes figuras verán cortada su progresión, pero de todos los corredores a los que le sienta peor esta situación es a los veteranos especialistas en clásicas que se corren casi en su totalidad en dos meses de primavera. Los que apuran sus últimos disparos. Los que han sido grandes pero ya van de salida.

Niki Terpstra cumple 36 años en mayo.  El neerlandés lleva dos temporadas sin levantar los brazos, las victorias -de un tiempo para acá- le han dado la espalda. Ha pasado de temible clasicómano ganador de Paris-Roubaix en 2014 y top 10 frecuente en este tipo de duras carreras del norte con piedras, muros y mal tiempo, a un papel muy discreto para sus condiciones y caché. Incluso, después de vencer en el Tour de Flandes y E3 Harelbeke en 2018, su 2019 ha sido un año en el anonimato, para olvidar.

Si tuviera la edad de Evenepoel daría un poco igual, pero el reloj biológico es implacable y su ilusión es intentar exprimir las pocas temporadas a un gran nivel que le puedan quedar. Un año como este, sin apenas clásicas o con muy pocas probables de realizar, es más grave para él que en otros aún en los albores de su trayectoria.

Coincidió ese brutal bajón tras abandonar la mejor formación posible para un clasicómano (Deceuninck) en procura de un más favorable contrato para sus últimos años como profesional, aunque eso le implicara descender también a la segunda división en el Total Direct Energie. El belga ansiaba esta temporada como la de su resurrección al protagonismo en las clásicas y como una de sus últimas oportunidades de luchar por algo grande.

Sus opciones se limitan -en su inmensa mayoría- a pruebas de un día que se corren hasta abril. Lo que no haga allí, ya lastra sus grandes objetivos y le queda como mucho intentar cazar algunos parciales. Este parón le resulta devastador para pretender regresar al sitio que por tantas temporadas ha ocupado antes que las fuerzas mengüen cada vez más.

Sep Vanmarcke, el gigante belga, aunque solo tiene 31 años es todo un veterano. Lleva ya más de 10 temporadas en la élite disputando a tope las clásicas del norte en donde es un verdadero especialista. Contrario al imaginario del aficionado que tan solo sigue las grandes vueltas, en el mundo de los clasicómanos no hace falta a veces ni vencer para ser respetado y gozar de gran prestigio. Es tan meritorio y complicado (un solo día, una sola oportunidad: ¡no puedes fallar ni recuperar mañana!) hacer tres o cuatro top 5 en monumentos, como hacerlos en grandes vueltas. Pocos dudarían de la calidad y prestigio de Sep, aunque aún no tenga en su vitrina un monumento.

El clasicómano del EF Pro Cycling ha estado cerca muchas veces. Es un potente rodador y su fuerte son también las clásicas del norte, a más viento y peor tiempo mejor para él. Segundo puesto en la Gante-Wevelgem 2010 y en la Paris Roubaix 2013. También hizo tercero en Tour de Flandes 2014, y luego cuarto en la Paris Roubaix 2019. Las oportunidades para Sep como protagonista también se circunscriben solo a dos meses por curso: finales de febrero hasta finales de abril. El resto del año el profesor de “introducción a los abanicos” de Sergio Higuita lo pasa como gregario en rondas menores y de tres semanas, protegiendo del viento en las etapas llanas sus menudos y livianos líderes, vueltómanos a los que les suele sacar casi 30 centímetros y mínimo 25 kilos.

Un ingrato trabajo que los clasicómanos que no son tan superestrellas compensan aguardando con ansias las 8 o diez clásicas anuales de primavera en las que parten con libertad para buscar su gloria personal, pero que este extraño curso para Sep, quizás ya no pueda ser, alejando así sus posibilidades de un triunfo de postín que hace tanto tiempo merece y que por el gran nivel que venia mostrando parecía posible.

Zdenek Stybar: el checo de 34 años es otro potente especialista en duras clásicas de fin de invierno y primavera, con tiempo horrible contratado, muros, piedras o grava incluso (ha sido varias veces protagonista en la Strade Bianche y ganador de la misma en 2015). Zdenek es un poco más versátil que los dos belgas anteriores, cazar etapas no se le da nada mal. Pero, al igual que ellos, su palmarés oficial no hace justicia a su enorme calidad y protagonismo con podios y top 10 en innumerables clásicas de prestigio.

Tras tres años con una bajada en sus habituales prestaciones, reencontró su demoledor golpe de pedal el curso pasado y se llevó Omloop Het Nieuwsblad y E3 BinckBank Classic. Para colmo volvió a exhibirse en San Juan este enero con un brutal ataque marca de la casa. Stybar, con tan buena forma evidenciada, tenía grandes esperanzas de aprovechar en esta primavera un estado de gracia evidente, para intentar sus últimas victorias ante una edad que apremia y fuertes contendientes que ya empiezan a reclamar relevo. Por suerte, su registro un poco más amplio que el “piedrero” puro promedio, le da para aspirar a parciales llanos en fugas o con viento donde sea que lo programen.

Greg Van Avermaet, belga, 35 años. Una vez retirado Boonen y Cancellara, los más brillantes y laureados clasicómanos que se mantienen en activo son Philippe Gilbert, Alejandro Valverde, Peter Sagan y Greg Van Avermaet. Son el póker de leyendas vigentes en clásicas y capaces de ganar en muchos escenarios diferentes, en casi cualquier prueba de un día y con fecunda cosecha de etapas también (sobre todo los tres primeros)

Van Avermaet, agresivo y versátil después de un 2016 y 2017 brillantes (Oro Olímpico, Tirreno Adriático, GP Montreal, Omloop Het Nieuwsblad (X2), París Roubaix, E3 Harelbeke, Gante Wevelgem, etcétera) tuvo un 2018 y 2019 demasiado discretos para la increíble dinámica ganadora que traía: 4 triunfos en vueltas menores en dos temporadas y ¡solo una clásica de relativa relevancia WT! el GP de Montreal. Greg cumple 35 años en mayo, y es obvio que cada vez le está costando más por lo físico y por un pobre CCC.

No es que no esté, se las arregla para hacer top 10 en las citas que corre, pero sin muchas opciones últimamente. Esta temporada mostraba buenas piernas en Algarve, para ilusionarse con recuperar su crédito. Pero con la primavera cancelada, buena parte de sus grandes objetivos también se esfuman. Para colmo, el recorrido montañoso de unos inciertos JJOO no le conviene, pero el de los mundiales de Suiza esta edición 2020 tampoco. Mal año para todos aquellos grandes en zona oscura que pretendían volver por sus fueros.

Philippe Gilbert: con todo el respeto del mundo por Sagan, Van Avermaet, y Valverde, Gilbert es el mejor clasicómano en activo por cantidad y calidad de sus triunfos en pruebas de un día. 5 Monumentos, (4 diferentes), solo le queda Milan- San Remo para entrar al selecto club de los tres ciclistas a lo largo de la historia que lo han conseguido (Rik Van Looy, Roger de Vlaeminck y Eddy Merckx) 8 clásicas de la máxima categoría WT, en diversos escenarios y terrenos (Amstel, Lieja, Flecha Valona, San Sebastián, GP Quebec, Omloop Het Nieuwsblad…) ¡un oro en mundial de ruta! en Valkenburg 2012; bien sea entre lluvia y piedras en Omloop o Paris Roubaix, o en las duras cotas del tríptico de las Ardenas, o en la media montaña de San Sebastián y Lombardía, o en trazados más llanos… ¡Gilbert ya ha ganado allí!.

Este año podía apuntar a uno de los dos logros (por que el recorrido de JJOO es más para escaladores, demasiado duro para él) que se le resisten ya al borde del retiro: Milán-San Remo y la medalla olímpica. Pero con la primavera abortada, sin ritmo y con 38 años, ya se pone complicado para el genial corredor belga, era una de sus últimas oportunidades. Su frustración quedó a la vista en París-Niza, cita top a la que acudió de rebote, afirmando no conocer siquiera el recorrido. Claro, el flamante capo de Lotto había perdido la ocasión de disputar San Remo a tope. Su 14° puesto en la general de la Carrera al Sol así lo avala.

Alejandro Valverde, el excepcional y versátil corredor español se podía haber retirado por la puerta grande después de su mundial ganado en 2018, uno de los pocos trofeos que faltaba en sus vitrinas. Pero no lo hizo. Ya hace parte de la historia con mayúsculas, aunque nunca ganará nada más.

Corredor total, al que solo una victoria sobre piedras y una medalla olímpica le restaría para completar un palmarés perfecto. Ha vencido en todos los escenarios posibles del ciclismo en ruta. 4 Monumentos (Lieja x 4) 5 Flechas Valonas, 2 clásicas de San Sebastián, decenas de pruebas menores de un día; etapas en las tres grandes vueltas para aburrir, 1 Vuelta a España y 7 podios más entre Giro, Tour y Ronda hispana, 6 vueltas World Tour de una semana, 19 vueltas menores (lo que hoy conocemos como UCI Pro series) y más de 50 etapas adjudicadas entre esas mismas pruebas, 4 veces campeón nacional de España, 5 podios en mundial de ruta y un oro… Un palmarés imposible para los tiempos posmodernos de la hiper planificación, donde se fijan muy pocos objetivos con dos cortos picos de forma.

Valverde no necesita demostrarle nada a nadie. Cumple 40 años en abril y aunque conserva un nivel impresionante que le da para estar en la élite, entre los mejores aún, cada vez le cuesta más ganar. El declive es inminente y ya se nota. Por mucha longevidad que se tenga, un día el cuerpo no da más. Si apuró un par de temporadas más después del mundial, fue por intentar cerrar con broche de oro su maravillosa carrera con una medalla olímpica. Pero el coronavirus no está por la labor de concederle sus planes ni sueños a nadie este año.

Sin embargo al no poder hacer sus clásicas fetiches de las Ardenas (Flecha y Lieja) se le ha complicado la puesta a punto. Un contratiempo que a lo mejor en jóvenes como Alaphilippe, que tienen más chances a futuro, no pasa de ser una anécdota, pero para Alejandro esta es su última oportunidad de alcanzar a la leyenda Merckx en mayor cantidad de victorias en Lieja, (5 por 4 del español) y sobre todo de gloria olímpica.

El obligado parón los afecta a todos, pero sin duda los veteranos son los más damnificados por que cada oportunidad perdida es una bala menos en un tambor ya casi vacío.

Oscar Trujillo Marín

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4 pensamientos sobre “La primavera ciclística se esfuma y con ella las ilusiones de muchos veteranos

  1. Ojo que Gilbert tiene un Mundial de Ruta, en el mismo escenario que dominó varias Amstel Gold Race, por tanto, solo le falta Milán San Remo y la medalla olímpica para pasar a la historia.

    1. Daniel tienes toda la razón, lapsus, 2012 en Valkenburg superando a Boasson hagen y Valverde. Efectivamente solo le falta medalla olímpica y MSR. Pero siendo realistas solo en italia en MSR, tenía algo de chances este año. El trazado de Los JJOO para él es demasiado duro. Una pena si no alcanza a completar los cinco monumentos, pero aún así su palmarés es impresionante casi inalcanzable para estos tiempos ¡gracias!

  2. Oscar, buen artículo. De todos los nombrados al que mas cariño le tengo es a Vanmarcke, no por lo hecho este año con Higuita, lo vengo siguiendo desde hace unos tres años. Es muy trabajador pero no ha tenido la suerte que se merece.
    Una lástima perder las clásicas en la primavera. El frio, la lluvia y el barro le dan un condimento que las hacen fuera de serie. De pronto en otoño sería una buena opción para ver clásicas.

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