La tercera o cuarta resurrección de Rigoberto Urán – Ciclismo Internacional

La tercera o cuarta resurrección de Rigoberto Urán

Por Oscar Trujillo Marín

En una entrevista concedida a ESPN, Rigoberto Urán confirmó lo que había reconocido en unas declaraciones al diario el Colombiano: que el año pasado estuvo a punto de retirarse del ciclismo tras su terrible accidente producido en la vuelta a España el 29 de agosto. El peor en su dilatada carrera y eso que ha tenido varios.

Convaleciente aún en Barcelona, recibió la encarecida petición de su esposa y de su madre para que lo dejara ya. Incluso el de Urrao lo llegó a considerar entre fuertes dolores cuando todo estaba muy reciente, pero no por él, por ellas. Para explicarlo dijo en ESPN: “Uno es el que cae y se vuelve mierda pero la familia es la que más sufre”

Sobra decir que Rigoberto Urán es el único Colombiano que tiene licencia para hablar en los medios de comunicación como se le de la gana, a nadie se le ocurre editarlo y menos censurarlo. No es solo un ciclista: es un personaje, empresario de éxito, showman y mordaz comediante en si mismo.

Luego, al ir pasando los días de lenta recuperación y tras cavilarlo en profundidad, de manera desapasionada y con cabeza fría, decidió continuar porque sintió que amaba demasiado el ciclismo todavía. Que ese ciclismo por naturaleza peligroso, le había dado todo, y que todavía suele rodar con los más fuertes y ser como mínimo top 10 en sus objetivos, lo cual quiere decir que su nivel sigue siendo el de un protagonista de élite.

Además, recalcó Rigoberto, el equipo EF Pro Cycling se volcó a apoyarlo y ha puesto todo a su disposición para que se tome el tiempo que necesite en ponerse a punto de nuevo. Su gratitud con el deporte que le ofreció esperanza y una vida mejor; y su pasión por el mismo le han dado aliciente para continuar.

Urán no es el corredor más ganador de la historia colombiana. Tampoco tiene en su palmarés una gran vuelta, ni siquiera una menor de una semana World Tour. No ha ganado un monumento, ni un oro olímpico ni liderado el ranking UCI, pero sí ha estado a punto, al borde de todo lo anterior infinidad de veces, siempre en la pelea. Entre los mejores.

De lo que sí puede presumir el corredor antioqueño, es de ser el ciclista más carismático y querido en Colombia, tanto por conocedores y amantes del ciclismo como por gente al margen que nunca lo sigue. De ser el corredor más regular. De alejarse del estereotipo de exclusivo escalador y ser uno de los más completos. De ser el que se ha mantenido por más tiempo en la élite con muy buen cartel y valoración también en el exterior.

Un desparpajo, naturalidad, procacidad -pero sin malicia- para hablar (como se habla de verdad en las calles de los barrios y pueblos de Colombia) su espontaneidad e ingenioso y negro sentido del humor a flor de piel lo han metido en el corazón de la afición colombiana y lo ha hecho un hombre admirado, respetado y querido en el pelotón internacional.

Urán es duro de pelar. Le ha pasado de todo y lo ha superado a punta de resiliencia y coraje. Se sobrepuso a una adolescencia marcada por la tragedia tras el asesinato de su padre a manos de paramilitares de extrema derecha cuando apenas contaba con 14 años. Horror tras el que algo de él también murió de un tajo: su infancia.

Tuvo que enterrar con su progenitor al niño que aún era, para apersonarse de manera precoz en ayudar a su madre en el mantenimiento de su hogar. Tuvo que asumir responsabilidades por encima de su corta vida y es todo un ejemplo de entereza, trabajo persistencia, superación y dedicación. Lleva en la máxima categoría del ciclismo 14 temporadas ya. Está acostumbrado a morirse varias veces y levantarse más fuerte.

En el año de su debut, 2006, siendo aún adolescente con el equipo italiano Tenax se rompió la clavícula en una clásica sobre pavé que era casi su estreno en carreteras europeas con la formación. Baja, reposo y volver a empezar.

En junio de  2007 ya en el quipo Unibet, en una etapa de la vuelta a Alemania se cayó y sufrió graves fracturas en  los dos codos y la muñeca izquierda, teniendo que permanecer más de 6 meses con las placas, en el dique seco y constantes terapias de rehabilitación. Reapareció 9 meses después, en marzo de 2008 en la Vuelta a Cataluña siendo segundo en la general. Desde entonces salvo enfermedad o infortunio no hay carrera en que participe y no sea protagonista, no esté siempre entre los elegidos.

El año pasado en primavera el turno fue para la rotura de la clavícula izquierda en la Paris-Niza 2019. Se recuperó en tiempo récord y logró ser séptimo en la general del Tour de Francia.

Pero el peor accidente de todos en competencia (y donde casi se deja la vida) fue el de agosto pasado en La Vuelta a España. Rotura en la misma clavícula que se había roto en marzo, fractura de omóplato en varios lugares, daño en cervicales y fuerte luxación en costillas que le provocaron graves lesiones pulmonares.

5 meses después el tozudo Urán se prepara para correr su primera carrera del año en el Tour Colombia 2.1 que empieza mañana, inicio de su preparación que apunta de nuevo al Tour de Francia.

Puede que empiece muy bajo de forma. Puede que aún una mano no le responda muy bien y tenga que acudir a terapias diarias. Puede que las cicatrices ya no le quepan en sus hombros, brazos y haya testimonios de la implacable dureza del ciclismo en casi todo su cuerpo. Pero su optimismo alegría y coraje no parecen de este mundo. Rigo ha muerto varias veces ya. Esta es solo su tercera o cuarta resurrección.

Oscar Trujillo Marín

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10 pensamientos sobre “La tercera o cuarta resurrección de Rigoberto Urán

  1. Muy buen artículo, la vida y obra de Uran son inspiradoras, este tipo me cae bien y estoy seguro que hay Rigo para rato, sé que mantiene un talento y talante que perfectamente lo hacen un capitán de ruta. EF1 tiene se ha convertido en una familia en el WT para el ciclismo colombiano y le deseo éxitos en el resto de su carrera, sensatamente veo que su papel es fundamental en participaciones como las que tuvo en el pasado Tour Colombia donde fue pilar importante en el podio de Daniel. Como lo nombra el artículo siempre le faltó el centavo pal peso, pero eso palidece ante la calidad de humano que es.

  2. De los colombianos es el que menos me gusta como corre, pero hay que aceptar que tiene una buena regularidad para top 10 de GV e incluso podios. Siempre le falta un puntito para ganarla, a esta edad y con la lesión que pasó está difícil que la gane pero tocará ver como va evolucionando.

  3. por su carisma y sobre todo por su mentalidad para reponerse ante tanta adversidad lo admiro- por ello se convierte en líder nato- aunque dicen que la suerte no existe, pues digo que ya es hora que esta le cambie, por una mejor — de igual manera que siga viva su fe en los logros que estos llegaran – y como dicen por allí en algunas zonas de mi País, por ahora que esta en el proceso de recuperación –” que no se desmande”

  4. El sabe que todavía puede estar entre los mejores, tiene mucho corjae para reponerse a estas situaciones, esperemos verlo de nuevo a un gran nivel

  5. Buen texto, buena descripción de uno de los grandes corredores de nuestro país. Es cierto, él es procaz y deslenguado pero así lo queremos. A veces tanto eufemismo no es más que una forma sutil de esconder la verdad.

  6. Uf, qué buen artículo sobre un hombre que dejó se ser ciclista hace rato para meterse en el corazón de un montón de gente en Colombia y el mundo. Como dicen por ahí, Respeto!

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