Los equipos hacen un llamado urgente a la UCI para utilizar el fondo de rescate

Por Oscar Trujillo Marín

La situación financiera de la mayoría de los equipos de ciclismo profesionales es más dramática de lo que parece. A los ya anunciados recortes en forma de aplazamiento (en algunos casos brutales) de sueldos mientras dure la crisis del coronavirus, por parte de Lotto-Soudal, Astana, Bahrein-McLaren y otros, se espera un aluvión de iniciativas parecidas encaminadas a bajar sueldos y/o intentar despedir temporalmente a sus corredores en los equipos más pequeños para que cobren la prestación por desempleo del estado.

No hay empresa en el mundo que aguante cuatro meses sin producir absolutamente nada sin que eso no cause profundos traumatismos mientras los gastos siguen intactos. Menos aún, quienes dependen de sus patrocinadores si estos ya perdieron la posibilidad de amortización publicitaria, y empiezan a padecer en carne propia las penurias de una economía mundial paralizada.

AIGCP es la asociación que reúne a los equipos profesionales de la máxima categoría (19 World Tour) y también a 13 Pro continentales, con la intención de velar y defender por los intereses comunes. Es presidida por Iwan Spekenbrink, y ayer martes, tras haberse reunido por videoconferencia, todos emitieron un comunicado y urgentes peticiones para la UCI.

Lo más importante es que todos los equipos piden flexibilizar los contratos, y utilizar el fondo de rescate de reserva del WorldTour, que es evidente que se creó para ayudar a solucionar situaciones extraordinarias o de fuerza mayor. Hasta ahora no ha habido nunca en los últimos 75 años una más grande y grave que esta.

Por tanto, los equipos le solicitan a la UCI “medidas extraordinarias en respuesta a la pandemia de Covid-19”. Con más de la mitad de las carreras de la temporada canceladas hasta junio y la incertidumbre que pesa sobre todos en el año más caótico y difícil para el mundo que se recuerde después de terminada la segunda guerra mundial.

Spekenbrink explicó en el comunicado: “La alta dependencia de los equipos de un número muy limitado de patrocinadores (94% de los ingresos totales), combinados con altas obligaciones de nómina (80% para WorldTeams, 63% para ProTeams), los hace especialmente vulnerables a la presente crisis”.

Y luego argumentó: “Muchos equipos ya han perdido ingresos significativos y todos las escuadras se enfrentan a la pérdida inminente de ingresos (adicionales) sustanciales si sus patrocinadores se encuentran con deficiencias de flujo de efectivo en el caso probable de que la pandemia de Covid-19 persista por más tiempo y / o si los equipos no comienzan a ofrecer un retorno de la inversión (en términos de visibilidad y activación de patrocinio) para sus socios muy pronto”, dijo el representante de las escuadras en llamado angustioso.

La intención tras la conferencia masiva de los equipos ayer es que la UCI podría contribuir a salvar empleos en las escuadras y también solicitar un permiso temporal para flexibilizar los contratos, es decir, para permitir recortes temporales de sueldo, aplazamientos de pagos, que los convenios puedan ser modificados mientras dure la crisis y no se pueda competir.

Entre las más importantes peticiones se pueden destacar:

AIGCP solicitó una suspensión de las clasificaciones 2020 “que se relaciona con la renovación y atribución de las próximas licencias World Tour en 2023 y la calificación automática de ProTeams (en eventos WT) en 2021 “.

Los equipos pidieron la reprogramación de “tantas carreras de World Tour como sea posible”, dando prioridad a Grandes Vueltas y Monumentos, pero también a “carreras más pequeñas que son vitales para ProTeams”. Para que la mayor cantidad de corredores tengan la oportunidad de correr y ganar puntos.

Extensión hasta finales de noviembre de la temporada 2020 para que quepan más competencias.

“Finalmente, esperamos que UCI se una a nosotros para apoyar las asignaciones del Fondo de Reserva WorldTour a WorldTeams que lo necesiten y potencialmente extenderlas a ProTeams como un gesto de solidaridad”, concluyó Spekenbrink.

La carta que los equipos le remitieron a la UCI termina con este urgente llamado para que el ente rector del ciclismo  intervenga en procura de paliar esta inédita y difícil situación: “Sin embargo, con el fin de salvaguardarlos ante una crisis de magnitud incomparable, debemos restablecer temporalmente nuestros esfuerzos para dar un salvavidas a cualquier equipo que lo necesite. Guardar equipos y trabajos debe ser la prioridad hoy y en nombre de todos equipos que participaron en las llamadas de conferencia que se sostuvieron desde la semana pasada, respetuosamente solicitamos su ayuda “.

No se extrañen que día a día se vayan produciendo más noticias de equipos pequeños que despiden de forma temporal (¿o definitivamente?… si se alarga demasiado) a sus corredores. No se extrañen si al final del curso tras lo poco que se pueda correr algunos equipos modestos -y no tanto- puedan desaparecer. No se extrañen que incluso los -en teoría- equipos más grandes y ostentosos puedan sufrir espantada en sus patrocinadores. Como diría Bob Dylan en su vieja canción: “los tiempos están cambiando” Pero a pasos agigantados y con una deriva más bien sombría en el mercado laboral (ya no solo del ciclismo) si no cede rápido esta terrible situación.

Oscar Trujillo Marín

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