Los Momentos que marcaron el Giro de Italia 2015

Por @pmpalermo

En la continuidad de los análisis post Giro de Italia, toca recordar los momentos que marcaron la 98° edición, fundamentalmente aquellos que tuvieron impacto en el desarrollo de las acciones y, en algunos casos, quedarán en la historia, incluso sentando precedente.

*El hombro de Contador: transcurría la nerviosa primera semana de competencia y Contador ya vestía de rosa con apenas unos segundos sobre Aru, pero dando siempre la sensación de tener todo bajo control. Sin embargo, su camino al título encontró un inesperado escollo en la, teóricamente, intrascendente jornada seis, cuando en pleno embalaje masivo se produjo una montonera que dejó a Daniele Colli con el brazo destrozado y a la Maglia Rosa con una luxación en su hombro.

Si bien el de Pinto cruzó la línea de meta rodando sin problemas aparentes, las alarmas saltaron en el podio, cuando no pudo levantar su brazo para colocarse el maillot correspondiente. Todo eso con dos semanas por delante y una monstruosa fracción de 264 kilómetros al día siguiente.

El resto es historia conocida, el español salvó la etapa y nunca demostró debilidad, ni siquiera en los puertos, donde su estilo de pedaleo parado hacía suponer problemas adicionales que nunca llegaron. Pero el percance físico, se sumó a lista de inconvenientes del mismo estilo a los que Contador se sobrepuso “mágicamente”.

*El PorteGate: en la previa del Giro, sólo Urán, Pozzovivo, Aru y Porte podían poner en aprietos a Contador, pero uno a uno fueron desapareciendo, con el de Astana como el único más o menos a la altura del desafío.

Sin embargo, queremos traer a colación un evento particular que desencadenó la debacle de Richie Porte, quien había realizado un primer tercio de competencia perfecto, corriendo tapado a la espera de su momento en la contrarreloj.

Pero el aussie inició la segunda semana con el pie izquierdo, sufrió un pinchazo cuando el pelotón viajaba lanzado rumbo a Forlí y cedió 47 segundos en meta, dolorosos pero remontables. La cuestión es que fue Simon Clarke, compatriota pero miembro de Orica, quien le dio su rueda para seguir, hecho que fue castigado con el reglamento en la mano.

Así, Porte pasó en un abrir y cerrar de ojos del podio al 12° lugar, iniciando una serie de jornadas desafortunadas que tuvieron el siguiente capítulo en Lido di Jesolo, donde una caída a 3200 metros del arribo (sí, a 200 metros de la zona neutralizada) lo dejó relegado nuevamente y, peor aún, tocado en  el lado izquierdo del cuerpo, dolencias que acabaron con su abandono en el siguiente día de descanso.

Más allá de la mala fortuna, el hecho a recordar fue la asistencia de Clarke, para muchos un acto de caballerosidad, para nosotros, una ventaja punible ya que, en esos momentos, Porte gozó de la ayuda de un gregario más que el resto, sin obviar que difícilmente el de Orica hubiera dado su rueda a Contador.

*Golpe de autoridad de Contador en la crono: desde la presentación del Giro en octubre de 2014, una de las etapas más comentadas fue la contrarreloj que, por su descomunal longitud, se presentaba como terreno propicio para el asalto de los especialistas, con Rigoberto Urán a la cabeza.

Sin embargo, otra fue la historia y, cuando el pelotón arribó a Treviso, ya acumulaba 13 días en los que había sucedido de todo, mermando las fuerzas y dejando la general como cosa de Contador, Aru, Landa y alguno más.

Y fue allí donde Contador marcó una diferencia abismal respecto a los demás capitanes, porque cedió apenas 14 segundos con el vencedor (Kiryienka, poderoso rodador que fue 4° en dos mundiales de la especialidad) y superó en 1:34 al sorprendente Amador, 2:31 a Urán, 2:47 a Fabio Aru o 4:00 a Landa.

Así, como en sus mejores épocas, sacando diferencias enormes sobre la crono, envió una suerte de mensaje, un golpe de autoridad con el que dejó claro quién era el patrón, movida certera con la que creció la impresión general de que no lograrían quebrarlo en ningún terreno.

Luego se vería que el de Pinto flaqueaba en la Finestre, pero gran parte de su colchón correspondía a la crono, por lo que bien podría decirse que se metió medio Giro en el bolsillo allí.

*Pinchazo y ataque a Contador: fue en el inicio de la tercera semana de carrera, en la jornada que pasaría por el tremendo Mortirolo, uno de los puertos más duros de Europa. Pero las emociones comenzaron antes, en el descenso previo a la afamada montaña, cuando el líder sufría un pinchazo y Katusha y Astana aprovechaban las circunstancias para atacarlo.

El deshonroso accionar surtió efecto y, como fue habitual durante toda la carrera, el de Pinto estaba casi aislado, motivo por el que arribó retrasado en 51 segundos al puerto. Pero lejos de entrar en pánico, el patrón del Giro subió a tope, recolectando rivales todo el tiempo, hasta alcanzar a los punteros.

Una vez allí, tensó la cuerda y despachó a Fabio Aru, aliándose con Landa y Kruijswijk durante el resto de la ascensión y cediendo con el vasco en el último trecho de Aprica. La jornada, primera en la que el español se vio acorralado, fue salvada con creces debido a su fenomenal clase de escalada y la manipulación psicológica que ya citamos anteriormente. Porque de haber luchado contra otro campeón como él, distinta sería la crónica.

*La venganza del Pistolero: dos días después del incidente camino al Mortirolo, la vida dio revancha a Contador y una dura lección a los jóvenes líderes de Astana, quienes padecieron en carne propia lo que habían intentado hacer a su poderoso contrincante cuando pinchó.

Es que una caída en las primeras rampas del Monte Ologno dejó cortado a Mikel Landa, escalador más fuerte del Giro, al que Contador enterró con un artero ataque momentos después del incidente. El madrileño se paró en los pedales, dejó tirados a todos los gallos y subió a ritmo, coronando el puerto junto a Hesjedal, a quien esperó para hacer camino juntos.

La jornada acabó, luego de un técnico descenso rumbo a Verbania, con el puntero metiendo 1:13 a sus inexpertos rivales, quienes debieron morderse la lengua cuando Contador afirmó que no se tomó revancha y sólo hizo su trabajo.

*La Pájara menos pensada: imposible de quebrar para sus rivales, Contador se movía a sus anchas por las rutas italianas y tenía marcada la etapa 20 como escenario de su posible victoria parcial, hasta ese momento, la única cuenta pendiente con el evento.

Y todo indicaba que así sería, porque puso a sus gregarios a controlar la escapada en el llano para poder desatar su furia en la Finestre. Pero la realidad fue otra, el amo de la carrera evidenció cierta debilidad cuando Landa atacó en el sterrato, y terminó de confirmarla ante el enésimo intento de Hesjedal.

Aislado, como siempre, el líder de Tinkoff apeló a toda su experiencia para subir a ritmo, limitando la sangría mientras delante, los directores deportivos de Astana le perdonaban la vida decidiendo estupideces desde el coche.

De ese modo y por si alguno tenía dudas, Contador reveló su lado humano, porque nadie está exento de sufrir una pájara, que llegó cuando ya nadie la esperaba y añadió algo de emoción al desenlace del Giro, que igualmente fue para el mejor.

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Pablo Martín Palermo

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