Tokio 2020: Pidcock alcanza la gloria del MTB en una remontada espectacular del español Valero

Por @amatiz12

Tom Pidcock (Gran Bretaña) se alzó con la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio, en la modalidad de Cross Country en MTB. El talentoso inglés exhibió sus dotes técnicos y de potencia para superar el circuito de Izu. Eso sí, la bestial presentación del joven de 21 años no opacó la exhibición de David Valero (España), quien protagonizó una increíble y admirable remontada que lo catapultó hasta el bronce.

El inicio traería sus primeras sorpresas, con bastante dolor, pues una impactante caída sacaba del juego a quien acaparaba todas las miradas, Mathieu van der Poel. El neerlandés, que había abandonado el Tour de Francia tempraneramente para preparar esta cita, ejerció una errática posición sobre su bici tras saltar una piedra, la inclinó considerablemente hacia adelante y por ende, no pudo controlar el impacto que lo envió al suelo y destrozó sus opciones de aspirar a algo grande en la olimpiada.

Pidcock desde la primera vuelta ya se mostraba activo, concentrado y fuerte, localizándose en la cuarta posición. Poco a poco fue imprimiendo un paso demoledor, que lo lanzaba directo al liderato y ponía presión a otros aspirantes que se agobiaban ante su ritmo, sobre todo, el suizo Mathias Flückiger, una de las leyendas de la práctica que sólo podía ver el derrocamiento de su trono a cargo de un muchacho que se abre paso en toda competición a la que asiste.

Quien corre para el INEOS Grenadiers, conservó el buen ritmo, cadencia y afrontamiento de los obstáculos hasta encaminarse a meta para festejar con la bandera de su país entre manos. No obstante, el espectáculo no se detuvo allí, pues de antes uno de los tantos llamados sólo a cumplir con su participación, se sacó una muestra de carácter y fuerzas memorable. Esa fue la descripción del accionar del español David Valero.

Se encontraba en la posición 35 y acabó tercero. ¡Sí, tercero! Una barbaridad. Quizás esto se debe cuando se invoca la inspiración y el cuerpo se motiva a ofrecer más a medida de que el corredor descubre que va escalando casillas. Valero se colmó de motivación y cada plaza remontada, era para inflar su moral, siempre por supuesto, combinándolo con la seguridad requerida para hacer valía de las habilidades técnicas requeridas. Una combinación de fuerza y destreza que le dio un premio muy disfrutable como la medalla de bronce.

Alejandro Matiz   

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