Volver a ser: El difícil caso de Tom Dumoulin

Por @MrCesarito7

Hace 6 años nos sorprendió a los espectadores de ciclismo un gigante holandés que nos tenía acostumbrados a brillar contra el crono. Y es que era casi impensado que “Big Tom” luchara por alguna Grande en su carrera. Pero en esa Vuelta a España 2015 fue líder hasta la última etapa de montaña. El cruel ciclismo, de la mano de Fabio Aru, le arrebató la camiseta roja. Al final terminó 6º en la CG, pero lo sustancioso es que nos dio señales de que podría ser un vueltómano importante, y así lo fue.

Dos años después del suceso previamente narrado, Dumoulin ganó el Giro de Italia frente a uno de los mejores escaladores de la historia y uno de los mejores vueltómanos, Nairo Quintana y Vincenzo Nibali, respectivamente. No fue fácil, un inconveniente que se volvió viral le complicó las cosas a “Dumo”. Pero la ventaja en las cronos y su progresión en la montaña (incluso ganando etapa cuesta arriba) hacían evidente que era el justo ganador del Giro.

Al año siguiente tuvo su mejor temporada. Quedó segundo en el Giro frente a Froome (mostrando una regularidad espectacular) y 2° en el Tour frente a un sorprendente Geraint Thomas. Sumado a la racha de subcampeonatos, quedó en esa posición en el Campeonato Mundial de Contrarreloj y cuarto en el Mundial de Ruta. A pesar de no ganar ningún título, se consolidaba como uno de los mejores generales del mundo. Élite en la crono y buen escalador, al estilo Induráin.

Big Tom estaba en la elite, pero a partir de ahí las cosas se complicaron. Y es que la temporada siguiente no pudo finalizar ninguna grande, por caída en el Giro y posteriormente no fue al Tour para recuperarse físicamente. Al final del 2019, tomaba una decisión en cierto punto extraña. Decidía marcharse del Sunweb (otra estrella que sale de esa escuadra), donde era el amo y señor, además del indiscutible líder, para arribar al Team Jumbo-Visma. Allí correría con un Primoz Roglic al alza, que venía de ganar la Vuelta a España y hacer 3º en el Giro. La explicación de este movimiento: quería no tener toda la presión en sus hombros (algo comprensible), aunque eso afectara sus éxitos individuales.

En el extraño 2020, desde las carreras de preparación era notorio que el líder para el Tour sería Primoz, que tenía un nivel sublime. Y Tom, con toda la entereza y profesionalismo, se puso al servicio del esloveno. Y a pesar de que se rumoreaba que este sería la segunda baza del equipo holandés, se ponía a disposición de Roglic desde la primera etapa de montaña. Al final, un marciano les arrebataba el título a los holandeses, y Dumo sin brillar terminaba 7mo.

Llegando al año que nos compete, Tom daba a conocer la decisión de colgar temporalmente la bicicleta, agobiado por el ambiente, la presión y más. 5 meses después, este aseguraba que ya estaba listo para regresar y tenía motivación nuevamente. En contrarreloj tuvo muy buenos resultados. Fue 2° en los Juegos Olímpicos en esa modalidad, algo impresionante si tenemos en cuenta que tuvo un parón muy largo. Eso motivó aún más a Dumo, que expresó sus ganas de volver a competir por títulos en Grandes Vueltas el año próximo, aunque eso se antoje complicado. Y no por la calidad del holandés en sí, que en CRI sigue siendo de lo mejor, pero hay factores que complican el retorno al sendero de las victorias. Estos son algunos de esos motivos:

No es ni segunda espada en el Jumbo-Visma

Que Roglic es soberano en el Jumbo ya lo sabemos. Es top 2 vueltómanos del mundo y todavía tiene mucho para dar. Para desgracia de Dumoulin, hubo un ciclista que aprovechó las oportunidades que se le presentaron este año, y este fue Jonas Vingegaard. El joven danés obtuvo el liderato del Jumbo “de rebote”, pero no desperdició la oportunidad de tomar galones, quedando 2do en el Tour y haciendo sufrir en una ocasión a Pogacar, que parecía invencible. Jonas, además de una gran capacidad escaladora, demostró que en la contrarreloj tiene mucho talento, a pesar de su delgada humanidad.

‘Dumo’ debe tener claro que ya no es la segunda espada del Jumbo, lugar que le arrebató Vingegaard en su ausencia. Que incluso ya realiza exigencias -con todo derecho-, como cuando aseguró que en el 2022 quería ir al Tour. Además, no nos olvidemos que Kuss también tendrá ganas de buscar éxitos por sus medios. Así que, con Roglic y Vingegaard en el Tour, si Tom quiere liderar tiene que apuntar a otra grande.

El Tour no, ¿pero el Giro?

Tom tiene una historia de amor con la Corsa Rosa, pero para su mala suerte el recorrido de esta no lo favorece en lo más mínimo. Muchos finales en alto y puertos largos, pero sobretodo, ¡solo 26 kilómetros de crono! Y si tenemos en cuenta que ciclistas como Miguel Ángel López, Joao Almeida, probablemente Richard Carapaz y otros más decidan luchar por la maglia rosa, se antoja complicado que Tom pueda tener chances para triunfar. El recorrido no le favorece y los rivales son mejores escaladores.

Existe la opción de que el equipo le asegure el liderato en la Vuelta, teniendo que ir al Tour a trabajar o al Giro buscando etapas. Pero es casi seguro que después de ir a la Grand Boucle, Roglic tenga ganas de ir por su 4ta Vuelta. O quizás Dumo tenga que compartir liderato con Kuss. Los escenarios no son muy bien óptimos para el nativo de Países Bajos.

Nueva generación, nueva mentalidad, nueva forma de correr

Cuando Tom compitió seriamente la última vez por una Grande, en el año 2018, los grandes rivales eran Froome, Thomas, Quintana, Bardet, Nibali, etc. De estos ahora quedarán destellos, aunque con el cambio de generación, también llegó una nueva mentalidad. Y es que en el tiempo de los Froome y compañía teníamos que ver un ciclismo muy controlado, con pocos movimientos de montaña y más. Ahora, con la llegada de los Bernal, Pogacar, Evenepoel, Roglic, Carapaz, etc, los ciclistas son más valientes, más atrevidos. Que no tienes que esperar al último puerto para moverse. Por eso no solo cambiaron los rivales de Dumoulin, sino la forma de correr.

¿Y si ya pasó el Prime?

Al terminó “Prime” se le conoce como el mejor momento en la carrera de un deportista. Este no tiene una longitud exacta, solo es el año o años en el que deportista estuvo en plenitud. Por ejemplo: Se puede decir que el prime de Froome fue en 2015, Roglic está en su prime, a Evenepoel no le hemos visto en su “Prime”, etc. También puede existir la posibilidad de que ya hayamos visto lo mejor de Dumo y a partir de ahora va cuesta abajo. No debemos olvidar que su victoria en el Giro va a cumplir 5 años próximamente y que el holandés actualmente tiene 31 años. Personalmente no consideró que Dumoulin ya esté en decadencia, pero es una posibilidad y hay que tenerlo en cuenta.

Así que el 2022 será un reto grande para Big Tom. Volver a la elite y conseguir títulos de importancia. Y a pesar de que hay obstáculos que dificultan ese retorno, hay motivos para confiar en el holandés y esperar que tenga los mejores resultados posibles. Es difícil, pero este rutero tiene gran clase. Que difícil es volver a ser.

César David Huérfano R.

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