Análisis: ¿Qué esperar de los 6 latinoamericanos en el Giro d’Italia? – Ciclismo Internacional

Análisis: ¿Qué esperar de los 6 latinoamericanos en el Giro d’Italia?

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Por @amatiz12

Muy pocos latinoamericanos harán presencia en el 106º Giro d’Italia, si tenemos en cuenta que en la edición anterior participaron el doble de corredores de este lado del mundo. Sin embargo, cantidad no siempre significa calidad y la realidad es que los seis que comparecerán en la Corsa Rosa, pueden forjar una actuación a la altura de lo que se espera.

En ese orden de ideas, hay que partir con los que son la referencia: Santiago Buitrago y Fernando Gaviria. Dos perfiles opuestos, pero que por su nivel en la presente campaña, experiencia y responsabilidades que asumirán en sus colectivos, son quienes inicialmente están llamados a tener más brillo.

El bogotano de Bahrain, tiene ante sí la oportunidad de dar un paso adelante en cuanto a Grandes Vueltas se refiere. Esta idea la reforzó con el resultado top que obtuvo en Lieja un par de semanas atrás.

A concepto de este servidor, Buitrago debe intentar ir por la general. Énfasis en el verbo “intentar”, que significa que de entrada sea el objetivo, con el margen de que si por piernas o circunstancias ajenas a lo deportivo no es capaz, pueda reorientar sus metas en el camino sin que se le achaque o destroce desde la opinión pública, pues no hay que olvidar que tiene cortos 23 años y esta será la tercera prueba de tres semanas que dispute.

Pero la aproximación que ha recorrido, no sólo en 2023, sino desde que fichó por los orientales en pandemia, con una progresión ascendente, dando pequeños pero sustanciosos saltos, da a pensar que este es el momento en que ya está en capacidad de probarse en tal faceta.

Aunque en el discurso se proclame a Jack Haig como su jefe de filas, la realidad es que la jerarquía de Bahrain no es sólida ni mucho menos. El australiano, ni Caruso -ni tampoco el colombiano- tienen el pedigrí como para que los otros se supediten a sus órdenes. A ‘Santi’ no se le sacrificará de inicio y su libertad para establecerse en esa porfía, será plena, hasta que la carretera dicte lo contrario.

En contra están las dos cronos de la primera semana, que bien lo podrían sacar del llavero en especial si alguno de sus compañeros -que no son especialistas- vuela en el ejercicio. Por eso tiene que lucir sólido en las primeras tomas de contacto con la montaña, algo que es probable en caso de que no haya enfermado -los virus están regados por esta época-. Viene de estar (casi) en pico de forma con lo visto en La Decana.

Y que se entienda que asumir este desafío no implica que deba llegar al podio en Roma. Con hacer un top-10, frente a un cartel de nivel medio-alto, que es el rango al que aspira llegar en esta fase de su trayectoria, puede darse por bien servido y así confirmar que su curva es ascendente. Otro brinco fundamental para consolidarse como el colombiano del futuro.

Respecto al velocista antioqueño, dos apuntes. Lo mermará estar sin un tren de lanzamiento apropiado, porque pese a que Movistar haya convocado a Kanter, Rojas o Torres, tampoco debe esperarse que hagan algo diferente a lo apreciado este curso, donde pueden como máximo dejarlo en buena colocación, para que defina a su suerte en los metros finales.

Sí, en su historial Gaviria ha demostrado que incluso con los mejores lanzadores a su servicio, siempre opta por seguir ruedas rivales e incluso anticipar de lejos. Pero seámonos sinceros, es mucho más fácil conquistar embalajes con compañeros sincronizados, que reduzcan el esfuerzo a una intensidad de 150-200 metros, que estar “rebuscándose” las chances siguiendo a otros, sabiendo que además la suerte puede jugar en contra.

No obstante, del otro lado, no rivalizará con los mejores del mundo en la materia. El listado de sprinters es discreto para la ronda italiana: Mark Cavendish -que tampoco tendrá treno-, Michael Matthews, Pascal Ackermann, Kaden Groves, Jonathan Milan o Alberto Dainese. Frente a este tipo de adversarios, con todo y el contexto ya descrito, ‘Fer’ tiene a su alcance una victoria.

Por supuesto, eso no se reduce al hecho de que la competencia no sea mayor, también va ligado a lo demostrado en esta campaña, donde ha tenido piernas para disputar cabeza a cabeza en varios escenarios, con algunos incluyendo trazados demandantes para los más rápidos, tipo de recorridos en los que curiosamente salió vencedor (San Juan y Romandía).

La cuestión aquí es que debe ser efectivo, pues no son muchos los parciales que están diseñados para un arribo masivo. Cada oportunidad que no pueda capitalizar se va a lamentar.

Sobre el resto no hay mucho que añadir. Rigoberto Urán tratará de sumar otro top-10 viniendo de poca actividad competitiva y con un Hugh Carthy que puede desplazarlo de tal consigna. A su favor tiene la experiencia, regularidad en resultados -desde 2016, siempre entre los diez mejores de Giro, Tour o Vuelta- y que en Cataluña y País Vasco, se notó bien para tan poco rodaje.

Al de Urrao lo acompaña la camada ecuatoriana de Jonathan Caicedo y Alexander Cepeda. De este último puede esperarse mucho, si se tiene en cuenta que voló en Alpes. Sin embargo, en su corta experiencia, este escalador de diminuta humanidad no ha probado su valía en tres semanas, donde su motor suele ir a menos y queda lejos del brillo que exhibe en pruebas más cortas. Ambos buscarán sus chances en fugas, conjugando tal libertad con el apoyo a Urán y Carthy.

Einer Rubio, el otro de Movistar, acudirá con alas libres para cazar su chance en una escapada. Parece que cada vez supera esa irregularidad que lo ha lastrado de ser más, pero a estas alturas, es un pedalista más maduro mental y físicamente, que si emula lo que hizo en su primer Giro y lo complementa con todo lo que ha aprendido en ese lapso -con triunfo incluido en el UAE Tour-, bien puede ser una carta seria para ganar una etapa. Todo con cautela, sin olvidar que será uno de los protegidos del cuadro telefónico y que tener compañeros que trabajen para él en vanguardia, puede ser un elemento de ventaja sobre otros aspirantes.

Alejandro Matiz

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2 pensamientos sobre “Análisis: ¿Qué esperar de los 6 latinoamericanos en el Giro d’Italia?

  1. En mi opinión, los gallos para el Bahrein son en orden: 1. Caruso (por su regularidad consiguiendo top 10 como gregario y ya un podio en la corsa rosa), 2. Buitraguito (ganador de etapas en giro y con futuro impresionante) y 3. Haig (top 10 en varias GV pero de cae más que Primoz). Por lo tanto, veo posible el top 10 de Buitraguito.

    De Gaviria podría decirse que puede ganar una etapa pero con Mads Pedersen que si no estoy mal corre el giro, la clasificación de puntos está difícil.

    De los otros, creo que Chalequito o Rubio pueden cazar etapa.

  2. Quien iría a “intentar” la general por Movistar? el gringo Barta es buen croner pero no tiene en montaña lo necesario (aun), y Rubio su nivel en montaña es apenas bueno para intentar algo con regularidad pero la kilometrada en crono lo deja persiguiendo a 10 minutos, sin embargo tendrán que intentarlo antes de decantarse por etapas.
    No estoy de acuerdo con cartel de nivel medio-alto, el nivel de los capos es alto lo que pasa es que lo de Vinge y Poggy en el TDF requiere ser tomado como algo superlativo que es a donde proyecta que llegara Remco. Decir que Thomas (3° en el ultimo TDF), Roglic son participantes con un nivel muy alto, Almeida, Vlasov… esos no son nivel medio y ahí ya contamos con 5 que con buena salud y “suerte” son aspirantes a podio.
    Gaviria remata mejor sin tren, la responsabilidad de entregar el triunfo a un tren de lanzamiento le cuesta, así que yo creo que lo hará muy bien.

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